Ciencia de Todos

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Hace pocos días se conocieron las conclusiones de una investigación que llevó adelante la defensoría de público de la nación. La pregunta clave de esa investigación es, “¿qué es noticia en los noticieros de la televisión abierta de la Ciudad de Buenos Aires?”. La indagación se realizó sobre un corpus que reunió cerca de 14.000 noticias emitidas por los canales América, Canal 9, Canal 13, Telefé y la TV Pública en seis semanas de 2013; en el mismo período en 2014 y se repitió en un número similar de noticias  durante el año pasado.

Son muchos los datos en los es posible bucear en ese caudal noticioso. Es posible observar , por ejemplo, que el robo a una propiedad privada de zonas opulentas tiene cientos de posibilidades más de llegar a convertirse en noticia y ocupar un promedio de 3 minutos de duración, en cualquier noticiero porteño, de cualquier horario, que un descubrimiento científico argentino aplaudido por el mundo entero.

De hecho, mientras que el tópico “policiales e inseguridad” ocupa casi un tercio de la duración de los noticieros, la “ciencia y la tecnología” araña el 2 por ciento.

Por qué debe preocuparnos? Es responsabilidad exclusivamente de los directores de noticias de los canales? De los científicos que son muchas veces renuentes a la divulgación científica? O de las audiencias que -aparentemente- no se entusiasman con este tipo de noticias. Y, en todo caso, deberían entusiasmarse? por qué?

Siguiendo con la información provista por la Defensoría es interesante tener en cuenta que «esto no se relaciona con la perspectiva de las audiencias, de acuerdo por ejemplo a la respuesta de las casi 400 personas encuestadas en el país durante 2015. De las cuales, el 68 por ciento dijo que quisiera recibir más información sobre “Educación y Ciencia” pero, (en lo monitoreado ese año, ninguno de esos temas alcanzó ni siquiera  el 3 por ciento de la realidad televisada.

La ciencia o mejor dicho las ciencias, son motores potentes para que cada sociedad pueda pensar sus propios problemas. En nuestro país, más allá de problemas históricos que aun acarrea, se han diseñado políticas científicas y se ha invertido en ellas.

Es posible escuchar voces de científicos que manifiestan su preocupación por el devenir de esas políticas, sostienen que temen que se profundice un deterioro que, reconocen, no es reciente. Desde el gobierno se han dado señales de continuidad al mantener en su cargo al ministro y parte de su gabinete.

El desafío de invertir en  ciencia es clave para un país que quiere ser parte del mundo.

Pero es impostergable que la ciudadanía acompañe esa trascendencia con sus demandas. Y para eso es necesario que comprenda para qué sirve tener ciencia en una sociedad. Es cierto que la divulgación científica se ha incrementado en los últimos años. Esto abre muchas de esas puertas pero es necesario generar más conciencia acerca de la importancia del impacto de las investigaciones científicas en la vida cotidiana. Y ahi tanto los políticos, como los científicos, como las escuelas y los medios de comunicación tienen mucho, pero mucho todavía para trabajar.